Después de una confrontación con el gobierno estatal, que duró más de cuatro años, la morenista Claudia Rivera Vivanco, expresidenta municipal de Puebla, ingresó a Casa Aguayo por las puertas de adelante. El actual mandatario Sergio Salomón Céspedes Peregrina la recibió en un gesto de conciliación y limar asperezas.
La exalcaldesa entregó Céspedes, sustituto de Luis Miguel Barbosa Huerta, una serie de propuestas en favor de la equidad de género y medio ambiente, a fin de ser analizadas e incluidas en el corto periodo que encabezará al gobierno de Puebla.
El distanciamiento de Claudia Rivera con Luis Miguel Barbosa inició en 2019, cuando ella se negó a ceder el control del área de Seguridad Pública al gobierno del estado. La enemistad de Barbosa con Claudia duró hasta el día de su muerte y alcanzó otras esferas políticas.
Incluso, como presidente del Congreso del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, mantuvo siempre cierta distancia con la exalcaldesa, a quien se le presionó para “solventar” las observaciones emitidas por la Auditoría Superior del Estado (ASE) por presuntas irregularidades en su cuenta pública.
Tras la muerte de Luis Miguel Barbosa y la ascención de Céspedes Peregrina, la enemistad política también cambió.
Claudia Rivera Vivanco se mantiene como aspirante a la gubernatura de Puebla en 2024 por el Partido Morena. Incluso, hace unos días mantuvo una reunión -también por primera vez- con la presidenta estatal del partido en Puebla, Olga Lucía Romero Garci-Crespo.